Una magnana de domingo

Me desvele hace un par de horas y ya es de dia en Londres.
Pensaba que el sol saldria con fuerza, como suele hacer en Pirmavera, y me prepare para recibirlo. En esta isla es una carrera el capturar unas horas del dia en las que brille el sol. Normalemtne sucede al amanecer, cuando los pajaros aun no estan despiertos y nos coge a todos de sorpresa el madrugon de la estrella que nunca duerme, como las ciudades ibericas en las que prolongamos el suegno hasta que nuestros pies se hartan de bailar.
Aqui el clima te convirte a la fuerza en un ave nocturna y la mirada se oscurece por la ausencia de luz. La piel se transforma para adaptarse al frio que nunca da tregua. No es estragno el verte adorando la claridad cuando sorprende gratamanete nuestros mal acostumbrados sentidos, embiragados en cafena para estar a alerta netre tanta tiniebla.
Mi sistema nada en esa substancia hecha para despejar el cerebro y mantener la vigila, pero no hay nada que guardar. La ciudad esta tranquila, los turistas descansan y las momias siguen confiadas el paso del tiempo en su suegno eterno.
Los arboles explotan en verdes imposibles y un rio de sigiloso caudal divide dos puntos cardinales.
En este mismo momento, de la estacion del Rey parte un tren hacia Paris. Yo queria subir, ser una mas entre sus pasajeros, y llegar a Francia a la hora punta en la que los panaderos sacan del horno las crujientes baguettes y el aroma de pan recien hecho embriaga el ambiente, creando un domingo cualquiera lejos del mundanal ruido.
Quiero volver al continente, y desayunar junto al Siena. Ver a los parisinos pasar despreocupados, como si el tiempo no existiese para ellos. Quiero regresar a casa y dejar que la tierra me impregne de nuevo y me devuelva al cordura que perdi en estas magnanas inglesas de nieblas que no escamapan.
Pero ya nace el ruido en Southampton road y el trafico aumenta a medida que avanzan las horas. El autobus a las afueras del Holiday Inn ya esta en marcha cuando la casa aun esta dormida y mis vecinos se resisten a abonadonar las sabanas ILH.
Que no daria por un cafe recien hecho? Por alguien que me lo trajese a la cama, y jugar un rato con el bajo el duvet de Argos?

Poco a poco vas perdiendo la costumbre de exigir y te resignas a conformarte con una ducha de agua templada y pasar lista a la ropa que tienes en el armario; sin que nada te convezca al 100%, terminas por ponerte cualquier cosa, porque ya te conocen el la cafeteria de Marchmond St. Ya saben q llegaras sin maquillaje y con un par de libros bajo el brazo. Ya conocen mi orden, pero la siguen preparando sin gusto.
No me gusta esta ausencia de sonrisas...Ya es pesado el dia para que el barista lo haga aun mas. Pero, que les vas a pedir por un sueldo minimo de 4 libras con cincuena que no llega ni para pagarte el metro? Que le vas a pedir a la ciudad que todo lo engulle, a cuya actividad se apuntas las nubes que no se van al Norte a darle la brasa a otro con mas tolerancia a este tiempo de mierda?
No mucho. Y si lo haces, mejor que el machiatto lleve solo un shot de cafe, que no esta el mundo para alterarse con dosis extras de cafeina.
Hoy solo busco una magnana sin estudios ni agobios, sin luchar para encontrar las palabras que no existen.
Ya ni miro el mobil, porque la persona con la que sognaba jugar a juego prohbidos y libidinosos bajo el duvet 2x1 de Argos ni tan si quiera me dice hola por el chate del facebook cuando nos encontramso en este cutri matrix de la vida moderna.
Asi que...que te queda? Una maganana de domingo. A pesar de todo lo q despotrico en su oontra, Londres tiene magia, sobre todo en estas magnanas. Ella sabe que la quiero y ultimamente me ha sorprendido pensando en dejarla.
No se por que algo en mi se ha adaptado a este irme acostumbrando a despedirme, porque no quiero dramas de ultima hora. Tampoc despedidas languidas que se eternicen. Nos queremos y punto. Que mas da el magnana?
No adelantemos acontecimientos que hoy nada tiene prisa...Y es algo inusual que la vida no tenga prisa en Londres.