Sunday 17 April 2011

Facebook y yo

Me llamo Raquel y soy adicta al facebook.
Espero que esto de reconocer la debilidad sea un paso importante en la superacion de mi adicion. Yo pensaba que solo la cafeína y el chocolate requiririan terapia el dia que decidiese desengancharme, pero estas sustancias ya han encontrado un rival a su medida.
Es algo serio, porque a mi esto de las relaciones a distancia o basadas en aparatos tecnológicos, nuca me llamaron demasiado la atencion. De hecho, aun recuerdo el cabreo que me pille cuado me regalaron mi primer movil. Lo deje cuatro dias dentro de la caja, tentada en mas de una ocasion de devolverlo a la tienda. A dia de hoy, no me pongo taquicardica si me lo olvido al salir de casa o lo dejo apagado durante mas de 24 horas.
Sin embargo, con esta red social fue diferente. Es cierto que la primera vez que me invitaron a unirme al facebook pense: “menuda chorrada”. Me suponia, ilusia de mi, que las ocho horas laborales frente a una pantalla eran ya demasiadas horas perdidas con un ordenador. Sin embargo, no sabia cuanto me equivocaba ni en el lio en que me metia cuando, a lo Neo, decidi aceptar la invitacion y tirarme de cabeza a la conejera.
Poco a poco fui descubriendo las maravillas del Facebook y, con cada amigo que agregaba, la adicion iba aumentando. La cuestion ya no era estar delante de una pantalla, sino dentro: Vivir una vida virtual, conectarme y hablar con el mundo no con palabras, sino a teclazo limpio.
Me di cuenta de que esto empezaba a tomara tonalidades procupantes cuando una tarde me encontre saliendo disparada del trabajo solo para llegar a casa y conectarme al ordenador para comprobar si alguien habian dejado algun comentario en mi muro o si fulanito de tal habia subido ya las fotos de la fiesta del dia anterior. Y es que ahora ya no sales de juerga um sábado por la noche a pasartelo bien, sino que lo haces para sacar fotos y colgarlas en el face para que el mundo entero disfrute de la cara de lerda que se te queda cuando llevas dos cervezas de mas.
A partir de ahi la cosa empeoro. El descubrir como compartir vídeos no me hizo la vida mas fácil. Al contrario: Ahora tambien estoy enganchada al YouTube en una especie de competicion absurda de a ver quien sube el vídeo mas molon, o la cancion mas chula. El que reciba mas “Me gusta” gana.
Vamos, que el chocolate y la cafeína son la menor de mis preocupaciones!
Con tanta aplicacion, me siento como un Avatar vivendo en Pandora donde todo es mas atractivo y, engagnosamente, mas autentico. Ya no quedo com mis amigas para el café de las cinco. Uy!,A esa hora toca echar una visual que me ponga al dia de la vida de los 190 individuos que tengo en mi lista de amigos de los cuales solo conozco a 50, o regar alguna hortaliza en la Granja Ville. Hay que ver... Con lo que odiaba yo subir a la terraza a regar las plantas de mi abuela y ahora soy toda una McDonald. Iha iha oh!. En fin.
Supongo que alguno de vosotros ya habreis pasado o estais pasando por esto. Y si mi oculista me esta leyendo, se estará frotando las manos, porque con esta tonteria con la que un gringo se hizo de oro las diotrias me han subido mas que el IVA y el Euribor juntos.
Espero que solo sea uma fase. Por si las moscas, ni me acerco a las invitaciones de Twiter, o Tuenti & Company. Y es que, de seguir asi , entre yahoo, hotmail, gmail, blogg, You Tube, Messenger, Skype (...) o me clonan o me tendre que mudar a Matrix. Y lo cierto es que sin Keanu, ir por ir es tonteria.
PS Cualquier comentario o consejo para desengancharme será bien recibido en mi muro. Gracias.

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