Saturday 27 August 2011

Capitulo I

Solo es lluvia, decian los zapatos gastados. Solo es lluvia filtrandose por los nuevos huecos de mis viejas suelas, llegando al alma de los pies que aspiran con arrastrar los suegnos hacia nuevos horizontes.
Esto es una tierra de relajacion, de olor a nuevo en un paisaje de viejos edificios que escaparon a muchos incendios. Es un cielo girsaceo al que asoma un timido sol entumecido por las tinieblas diurnas. Supongo que es un nuevo cominezo, no de cero, pero casi.
Al fin y al cabo, no he salido de los confines de Europa, con lo que las diferencias no son tantas; se trata mas bien de pequegnas cosas que me causan sensacion, como los precios...Bueno, mas bien, no es sensacion lo que me causan, sino un sentimiento de desmayo, de angustia y desesperacion que espero se esfume en cuanto me haga mas a la rutina del pais.
El idioma erige frente a mi una barrera mental que las opiniones sobre su difcultad no ayudan en absoluto a derribar, sino todo lo contrario. Pero la perseverancia puede mucho; incluso la propia incredulidad. Perseverancia y curiosidad, porque, al fin y al cabo, las pequegnas cosas de la vida diaria estan escritas en Danes. El mundo aqui, como es logico, esta envuelto en otra lengua, y para acercarse a el, hay que atreverse un poco con lo que la pereza impide que me ponga todas las noches: Diccionario, lapiz y afila para agudizar mi memoria. Poco a poco se conseguira. Me conformo con entender lo basico, que ya no es poco.

Y por poco se me olvida hablar de la verdadera llamada: No solo la aventura, la sed de conocer, el espiritu inquieto...Fue un golpe del corazon. Venir al Norte, mi Norte, mi estrella reluciente en medio de la oscuridad de mis pensamientos. Fue un leve escozor en la planta de mis pies, en las escamas de salmon que me empujan contra corriente lo que me trajo aqui, a la ciudad de Copenague. Asi, de una gran isla me vine al pais de las pequegnas islas. Y aqui estoy, dispuesta a empezar el trayecto, el viaje una vez mas, la peregrinacion a ese santuario de historias compartidas, de kilometros que nunca restan, sino suman a la experiencia vital.

Ya os contare las anecdotas, el efecto sorpresa al que un viajero autentico es adicto sin remedio. Os escribire desde una habitacion con vistas a un jardin, a un patio, a una carretera...Desde donde sea, contare la historia de los sucesos que van dando vida a la imagen de una cultura ajena y de sus gentes.
Mimare con mi memoria el recuerdo de lo que traigo a mis espaldas, pero frente a mi, abrire camino y le dejare espacio al aire nuevo para que me asombre y ensegne.

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