Saturday 23 July 2011

El triunfo de la esperanza

Si nos creiamos a salvo entre las bambolinas de una democracia de papel, la tragedia de una mente capaz de sembrar y causar panico, nos ha devuelto a la inevitabilidad del caos y a la existencia del mal. Este siempre puja por salir, no importa cuanto empegno una sociedad basada en ideales de respeto, tolerancia, educacion y democracia ponga para erradicarlo; se resiste, lucha contra el bien comun para patentar su presencia. Y deja su huella catastrofica en el imaginario comun y en las aguas y calles tegnidas de sangre.
Entonces...Somos producto de nuestro medio o es nuestro medio producto de nuestras acciones? Como es posible que en el seno de una pacifica comunidad, alguien decida desviarse de una senda logica y admirable y se convierta en un monstruo?
A caso es la democracia de esa sociedad tan axfisiante que hace necesario defender ciertas ideas a golpe de balas, marcando cada victoria con una victima mortal?
A los humanos aun nos gobierna el imperativo genetico de defender un territorio. Nos sentimos amenazados cuando nos enfrentamos a lo ajeno. Y ese miedo nos ha conducido a levantar muros, declarar guerras, plantar bombas, identificar a personas con numeros y encuadrarlas o, si se da el caso, encerrarlas dentro de unas fornteras epecificas. Fisicas y geograficas. Pero nuestra evolucion social nos ha hecho avanzar hacia un escenario conciliador. Llegar a el supone eliminar de nuestro sistema un sinsentdo que para nuestros instintos primitivos siempre fue razonable.
La razon...La razon tambien nos ha jugado malas pasadas. Controlar nuestra naturaleza no siempre es facil y las vias que encontramos para hacerlo, no siempre las adecuadas. Pero, nos guste o no, son las que nos han conducido a donde estamos hoy: Dando vueltas en circulo, buscando la respuesta, cuando lo unico que tenemos que hacer es plantearnos mas preguntas.
El contrato social se forja a base de imposicion y aceptacion voluntaria. No hay una sin la otra y me temo que no hay una solucion simple.
Las ciencias sociales no responden a formulas matematicas. En este cocido hay muchas habichuelas y por mucho fuego lento y cuidado que pongamos en su preparacion, el resultado final no esta garantizado.
Sin embargo, la esperanza tambien triunfa en estos casos, en estas situaciones en las que alguien quiere apagar la luz y hundirnos en la miseria de pensar que todo esta perdido. la oscuridad puede ser tentadora (...) pero nunca la solucion.

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