Friday 11 February 2011

El derecho y el deber de sognar.

Si pestagneamos por un segundo, nos perderemos una revolucion. Nunca un dicho me habia venido tan a mano y es que por todas partes nos rodea el cambio que viene del oriente. Al igual que los Reyes Magos, lo hace cargado de promesas para unos y de mas status quo para otros.
Sin embargo, en esta ocasion, no deberiamos de dejar el futuro en manos de la magia. Bien sea que el pastel lo corten la diplomacia o las ansias de libertad, la cuestion es que muchas cosas, casi todas, estan en nuestras manos. Creer lo contrario es entregarse de lleno y a ojos cerrados a la hipocresia liberal que, segun muchos, ataca el corazon de la Europa actual.
Aunque me pesa reconocerlo, algo de razon llevan porque mira que nos gusta despotricar contra todo sin profundizar en nada. Claro que no voy a pretender yo ahora encontrar el antídoto contra el individualismo y el pasotismo del que al parecer estamos contagiados los abúlicos europeos y venderle a las farmácias la pildora del universalismo humanista. El premio Nobel se me quedaba corto, vaya.
Pero creo que disponemos de las armas necesarias que, utilizadas correctamente, nos serviran para iniciar nuestra propia revolucion. Se empieza con un poco de conciencia social, se le agnade una pizca de ansias por conocer, unos gramos mas de tolerancia y un poquito de facebook para extender la masa. Si usamos el muro con ingenio y alevosia artística, podemos correr la voz para aliarnos en el botellon de la posibilidad, que no es poco.
No os creias que ser una idealista realista es tan facil hoy en dia. Es mucho mas dificil desacostumbrarnos a la paradoja sin cuestionarla. Querer no siempre fue poder tal y como nos lo imaginamos. Los resultados a nuestro esfuerzo suelen ser impredecibles, impensables, absurdos (...) pero el cambio es innegable. Como vamos a conformarnos con el rol de meros expectadores cuando no se cansan de repetirnos que vivimos en una sociedad interactiva?
Quizas el poder resida en creer en lo que realmente nos venden a un costo mucho mas elevado del que les cuesta producirlo. En exigirlo. En actuar conforme a las posibilidades que tenemos a nuestro alcance, aqui y ahora, o en Alemania, paraíso de los Pepes que, en etsa ocasion, se van no solo con la maleta bajo el brazo.
Y si lo producimos y lo valemos...Por que no disfrutar de ello? Asi que dejemos que triunfen las revoluciones y se exilien los dictadires de todo tipo. Tengamos, por una vez, no solo el derecho sino tambien el deber de sonar.

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