Despertar.

Que nos mueve a pensar, a desarrollar una ideologia particular que nos hace sognar y surcar los mares y los cielos donde seres mitologicos yacen dormidos sobre el suelo de nuestra imaginacion esperando a que los despertemos? Que clase de miedo hace que nos mantengamos anclados en tierra firme sin una vision que vaya mas alla de la linea de un horizonte carente de chispa y misterio? Somos de un modo determinado moldeado bajo el mismo cielo cuyas puertas pretendemos transpasar a base de zancadillas u oraciones; a base de engagnos si nacemos con la chapa de cobardes incrustrada en los mas intimo de nuestra identidad, o blanadiendo la verdad por unica bandera si estamos hechos de la madera de junco que cede y se amolda a los imperativos del tiempo, pero nunca rompe. Tras las cortinas de las pantallas de nuetros televisores, entre bambalinas de faxes y tonos incesantes de telefonos que nunca descansan, se tejen las tramas mas siniestras de la modernidad para encasillarnos en un sistema social, cultural y economico en el que vemos los dias pasar sin apetito, sin curiosidad o ansias por romper los hilos que nos manipulan al antojo de los pocos que manejan el cotarro. Estamos al sevicio de una maquina que a veces nos para los pies y nos ata la lengua; otras veces hace que desarrollemos alas pegasianas que nunca van a la par del viento conformista que las abanea. Estamos cortados por el mismo patron, pero los modelos resultants no siempre comparten el mismo sino de calidad. Las sorpresas son inevitables cuando nos lanzamos a descubrir y explorar territories desconocidos de almas que nos resultan atractivas a primera vista. A veces lo encontramos por casualidad, cuando menos lo esperamos, pero el jardin de las delicias que todos codiciamos se nos resiste en la mayor parte de los casos. Los sketches raramente se tranforman en las obras de arte que habiamos planeado en nuestras cabezas, lo que nos hace sentir como artistas frustrados despojados de su insiparcion. El despertar puede turbarnos, desorintarnos, deslocarnos … o lanzarnos hacia una nueva aventura. Ah…que buenos son los comienzos!!