Vuelvo a ti.

Quiero llegar a 1000, como Serezade.
Ya se que demasiado a menudo recurro a las mismas referencias que se repiten en estas lineas; se me escapan de mi imaginacion sin permiso, embusteras, pues casi nunca cuentan una verdad, aunque a veces traicionan mis secretos mas ocultos y los gritan a voces.
Ultimamente quiero que todo salga de dentro, quiero compartirlo conmigo misma, repetir los nombres en el vacio, en el silencio, y rescatarlos asi de la ficcion de mis creencias.
Tras una larga ausencia, regreso de nuevo a Londres, la ciudad que me enamoro desde la primera vez que la vi. Ella lo supo antes que yo: Estabamos echas la una para la otra.
Nos enamoramos rapidamente, locamente, como solo se puede estar cuando se esta enamorada y despues aprendimos a querernos mas sosegadamente, como tan bien saben hacer los amantes expertos.
Puede que sea demasiado tarde para culpar a nadie de mi no permanencia. Es hora de aceptar que soy un desastre, que no sirvo para pertenecer a nadie ni a nada; hay que asumir responsabilidades y aceptar que no quiero aceptar nada que me ate contra mi voluntad.
Cuando se cruzan los caminos, la decision nunca es facil.
A pesar de quererte como nunca, estoy aprendiendo a vivir sin ti. Todavia estamos juntas, pero te voy diciendo adios, o hasta pronto, para que cuando llegue el moemnto de despegar mis pies de tu suelo, mis vista no se gire hacia atras en tu busca.
Tu tienes un destino que cumplir. Debes darle a aquellos que te buscan lo que quieren de ti y de ellos mismos...Yo...No se...Ya te mandare una postal desde mi proximo destino diciendote cuanto te hecho de menos, contandote todas las cosas que encuentre en el camino.
Me ha atacado la fiebre del oro. Te dejo por el mundo que no vi, siguiendo una vision de mi misma que quiero confirmar y cuando consiga construir un puerto tan firme como el tuyo en mi interior, quizas vuelva a tus brazos. Porque solo entonces sabremos saborearnos sin tapujos o inseguridades.
Hasta entonces, dejame buscar ese yo....Al menos, dejame intentarlo.