Alguien dijo alguna vez que las sirenas solo cantan cuando hay alguien que quiere escucharlas. Quizas a mi me guste su cancion desmesurada, rota de principios que solo rigen al que se ha aprendido la leccion para el profesor ya nunca satisfecho a base de repetrila sobre una cama de ropas demasiado arrugadas para mi gusto pequegno burgues.
Alguien dijo una mentira y el sol se puso sobre el mismo fondo, sin que el cielo se callese sobre la lengua ultrajante que arrastro la verdad por la calle de la perdicion y el alma ingenua del credulo por la calle de la amargura. Y es ahi a donde nos mudamos y nos pasamos el dia bebiendo a la salud del que se fue, en compagnia de otros que nunca estuvieron.
No siento apetito desde el dia en que alguien me dijo que el hambre de palabras no se sacia con un mero intento de acercarse a la llama que consume al alma errante del que nunca encuentra su sitio.
EL hambre de ese beso se me quito en otros labios, el tuyo se me olvido en otros nombres, en la parada de metro donde me baje y deje mi sombra a la luz de tu mirada.
Un dia alguien me dijo que el buscar la verdad no da tregua. Es una batalla perdida de antemano en la que cada lucha aporta una desilusion mas que marcar en el tronco del arbol que fue testigo de nuestra expulsion del paraiso.
Ese alguien tambien me dijo que es en vano tirarle piedras a la luna; es mejor reconciliarse con la mala suerte y dejar que las lineas de la mano tiren para donde ellas quieran tirar.
Echo de menos los ladridos de perro y la cancion de los gatos en la soledad de la noche. Aqui solo hay aliento de desamparados arropados por su anonimato en la ciudad donde todos los perdedores quieren triunfar y olvidarse de un pasado sin pena ni gloria, de una baza en la que echaron todo a perder, tratando ahora de rectificar pateticamente un futuro irremediablemente escrito para ellos.
Sin embargo, semejante leccion no ha conseguido alejarme de la ilusion de cambio que ya no se me antoja tan apetitosa, pero que sigue ahi, al pie del cagnon que anteriornmente ya me salvo de otras invasiones. Me gustaria saber sus motivos porque a veces los pierdo de vista.
Parece ser que el tipo de libertad que persigo, esa meta agonizante que tanto zarandea mi voluntad sin piedad, no es tan facil de conseguir. No se vende a oportunismos. Vive dentro, y lucha constantemente por salir y demostrarme su validez y razon de ser.
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