No se para que tanto salir corriendo, cuando es mas facil hacerlo claamdamente, a un ritmo en el que se puede ver con perspectiva, casi a camara lenta, los movimientos presentes y los lugares a futuros a los que estos nos conduciran.
Quiero rescatar un poco de ese yo que tanto se durmio en los laureles del asfalto ingles, a donde vine buscando no se que que, aun hoy en dia, no se si lo encontre y lo deje marchar o es que nunca se cruzo en mi camino.
Siempre he perseguido con teson esos suegnos que tanto me persiguieron cuando mi horizonte eran solo montagnas para demostrarme que es muy dificil vivir sin ellos. Tambien descubri que estos evolucionaron conmigo, que siempre han estado ahi y que un buen dia se atrevieron a sacudirme la tonteria para volver a recordarme quien soy cuando pensaba que ya todo estaba perdido.
No me pidas nada, vida. Yo jamas he pedido nada a nadie. No quiero dependencia lastarando mis alas. Es un lema que se ha convertido en un plan de existencia, en una religion. Para muchos una condena, para mi, un oxigeno tan vital como mortifera seria su ausencia. La libertad, esa gran paradoja de ni contigo ni sin ti, vuelve a guiarme hacia lugares que siempre quise conocer, pero nunca tuve agallas suficientes para hacerlo.
Cansada de todo, hoy he decidido que a veces hay que darle una oportunidad a lo impensable. Solo por saber a donde soy capaz de llegar. El combustilbe que prende el fuego que llevo dentro lo alimentan las ganas de evolucionar, de ampliar mis mapas vitales, de agnadir mas nombres a mis recuerdos, mas historias, mas, mas, mas...
Es una adiccion de lo mas adictiva. Un plan de evasion que simplemente refleja mi alma peregrina, nomada, incapaz de asentarse por mas que lo intenta.
Vajar al Sur para encontrar el Norte.
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