Sunday, 17 January 2010

Cambio de decada. Ilusiones intactas. Un poco de revolucion, por favor.

Ahora que hemos cambiado de decada, me pregunto si las resoluciones de buena voluntad caeran en el olvido, o si seremos capaces de poner todo de nuestra parte para que no se las engullan ni el tiempo ni la falta de ganas.
No se las vuestras, pero las mias se orinetan hacia ese lado menos materialista de mi presente cotidiano, centrandose em una curiosidad de la que no logro zafarme; cuantas mas vueltas le doy, mas me fascina la forma de ser vista por uma cultura ajena y como esta me obliga constantemente a cuestionr esas creencias que consideraba parte de mi intocable e incorruptible código de sentido comum.
Pero os puedo confesar que, lejos del universo conocido donde todos compartimos los mismos valores, nada puede darse por sentado.
Muy a menudo, me veo obligada a contradecir ciertos estereótipos arraigados en la imaginacion del ingles a traves de los cuales se asoma a cualquier cultura que le sea ajena y la etiqueta sin hacer el mas minimo esfuerzo por comprenderla. Pero no solo los britânicos pecan de simplismo.
Esa tendencia a universalizarlo todo en nombre de nuestra razon es el legado de una historia de imposcion occidental sobre visiones ajenas del mundo diferentes a la nuestra.
De plumazos cargados de soberbia, borramos contradicciones y creamos muros ideológicos que ahora queremos y debemos superar con nuevas definiciones de tolerancia, tan necesarias para vivir em la sociedad actual.
No es fácil redefinir identidades manteniendo raices y encontrando nuevos espacios de comunicacion. Dichos espacios deben abarcar sin discriminaciones genericas, raciales o generacionales a una poblacion que, nunca mas, podra vivir aislada del resto del mundo. Por mucha agua que rodee a esta isla.
Debemos crear puentes que nos unan, no que nos separen; tirar muros, no levantarlos. Debemos concedernos el privilegio de considerar las dificultades como retos de autosuperacion, no como limites ante los cuales desmoronarnos.
Quizas espere mucho de esta década. Quien sabe. Al menos, entre todos los precios que deciden el valor de las cosas, mi ilusion queda libre de impuestos.

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